dissabte, 20 de novembre del 2010

'Seny' catalán en Camerún

Como todos los personajes de verdad grandes, mosén Jordi Mas i Castells era muy modesto. Pero este sacerdote, fallecido el jueves en Vic a los 80 años, deja una huella imborrable en varias generaciones del extremo norte de Camerún, una punta remota del país africano que el capricho colonial dejó incrustada entre Chad y Nigeria.

Mosén Mas, a quien en Camerún llamaban cariñosamente Baba Georges, era una institución. Dedicó cincuenta años de su vida a promover el desarrollo humano y social de la región, con infinidad de proyectos: construcción de pozos, escuelas, hospitales, centros educativos para la mujer, talleres de formación profesional. Incansable y optimista, se apasionaba ante nuevas ideas que pudieran mejorar la existencia del pueblo al que se entregó. Uno de sus últimos sueños eran las piscinas para criar el alga espirulina, cuyas propiedades nutritivas le fascinaban.
Segundo hijo varón de una familia payesa de La Garriga, de sólidos valores, a Jordi Mas lo educaron en la fe, el seny y el pragmatismo, una receta infalible de la Catalunya tradicional.
Siendo aún un niño, con 11 años, Jordi Mas fue enviado a estudiar al seminario de la Conreria. En diciembre de 1954 lo ordenaron sacerdote, desempeñando luego funciones de vicario en Esplugues de Llobregat, Vilanova i la Geltrú y Barcelona. Sus inquietudes y su sensibilidad, sin embargo, lo llevaron a buscar horizontes más lejanos que aquella Catalunya encorsetada por el nacionalcatolicismo.
En 1961 llegó a Camerún y allí se quedó, salvo un corto periodo en que regresó a Catalunya y una estancia en París para ampliar estudios.
Mosén Mas no era hombre de retórica. En sus visitas a la familia, a veces muy espaciadas, costaba sacarle información sobre lo que hacía en Camerún. Zanjaba sus parcas explicaciones con muletillas de un catalán afrancesado. "Bo, bo", solía decir (del "bon" francés). Era una persona práctica. Admitía con naturalidad que, durante muchos años, no bautizó a nadie. Vivía en una zona de mayoría musulmana. Antes que a la conversión de almas, él daba prioridad al agua potable, a la atención médica y a la educación. Por su labor humanitaria obtuvo varios premios y fue nombrado hijo ilustre de La Garriga. En 1996 auspició la creación de la ONG Ajut i Solidaritat
Makary-Blangoua.
Mas fue un cooperante y un precursor de las modernas ONG antes de que se las denominara así. "El futuro de África está en manos de la mujer", solía decir. "Detrás de estas montañas del Vallès hay un mundo en el que debemos estar presentes - afirmó en una entrevista-. El mundo es un pueblo y todos somos ciudadanos de este pueblo".
El funeral se oficiará hoy, a las 15.30, en la iglesia parroquial de Sant Esteve de La Garriga. El cardenal Martínez Sistach no podrá presidir la ceremonia por hallarse en Roma. Concelebrarán dos obispos auxiliares, de Barcelona y Terrassa, y un prelado camerunés que hace pocos días visitó a mosén Mas y le garantizó que su obra tendrá continuidad.
Eusebio Val, periodista
Publicat a La Vanguardia (20/11/2010)